LA NUEVA ENSEÑANZA DEL VIOLÍN

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LA NUEVA ENSEÑANZA DEL VIOLÍN



La tradición y la actividad de nuestros antepasados tiene un peso determinante dentro de todas las artes, pero especialmente en la enseñanza musical. Esta inercia, nos guía aún hoy en día a repertir el patrón y perpetuar el modelo, que en el caso de la pedagogía del violín tradicional, se basaba en procesos más imitativos que reflexivos: copiar arcos y/o digitaciones de la edición X de 1945, enseñar como nos enseñaron, calcar fraseos, etc, sin tener en cuenta demasiado otros hechos importantes como la edad del alumno, el nivel y experiencia, la morfología humana, el gusto de la época -glissandos o empleo de armónicos-, la evolución de los diferentes dipos de cuerdas y su influencia en la digitación, la acústica del auditorio, etc. Para ello es necesario aprender a aprender y a utilizar la metacognición en los procesos de estudio.
Actualmente se está tomando poco a poco conciencia de la necesidad de dar un paso más adelante y, sin olvidar la tradición pedagógico-musical anterior, impulsar la creación de una pedagogía instrumental ilustrada, donde los profesores no solo sean instrumentistas.
Dentro de la enseñanza instrumental, es necesariio tomar conciencia sobre la importancia de la creatividad. Ésta, constituye un campo apasionante que conviene desarrollar aún más en nuestras aulas. Para muestra, solo basta plantearnos algunas cuestiones: ¿cuánto de creativo tiene una actividad iniciática violinística que solo trabaja para reproducir un modelo perfeccioneista basado en una pieza musical? ¿cómo desarrollan la creatividad los niños de 8 años en su primer año de instrumento? ¿qué margen de libertad creativa tienen?. Esta enseñanza que concede tanta importancia a eludir el error, incluso en los primeros niveles, produce una fobia generalizada cuando salen a un escenario a interpretar una piez -cosa que no pasa en otras artes como la danza-. Salir a un escenario se toma por los alumnos como una obligación desagradable, en vez de aceptarla como una oportunidad para disfrutar, trasmitir, jugar con la música y compartirla con los demás.
El fomento de la creatividad puede suponer un mayor disfrute y motivación diario en nuestros alumnos. Esto es precisamente el combustible que les hace falta a los jóvenes violinistas de hoy, para echarle minustos al trabajo cotidiano, especialmente en los primeros niveles. Poco a poco, se le deben ir mostrando al niño algunos de los diferentes modelos y su técnica, de forma que, además del disfrute creativo, aprendan a acercarse a un nivel interpretativo coherente con su edad. Este proceso debe hacerse paulatinamente, a medida que el niño avanza en edad y experiencias.
Su nivel no se debe basar solo en la dificultad de la pieza que debe tocar, sino más bien en cómo él la trasmite musicalmente, dominando tanto su técnica como el aspecto musical y comunicativo de ésta. En definitiva, pedagógicamente debe ser menos importanta el Qué y más importante el Cómo se toca.
Si tenemos en cuenta este hecho, enseñaremos a nuestros alumnos a afrontar una obra con un margen prudencial técnico que les permita desarrollar su musicalidad, sin estar contínuamente pendiente solo de la mecánica. Este hecho les atrofia su sentido musical, ya que no les da tiempo a desarrollarlo en la pieza, provocando un desinterés musical que se hace crónico con los años de práctica.
Ya desde pequeños, les estamos mostrando erróneamente la excesiva importancia de la perfección y a eludir a toda costa el error técnico -el fallo se sale del modelo-. Este hecho, produce como todos sabemos cuando son mayores tantos casos de fobias y miedo escénicos en los alumnos ante un escenario.
Otros estilos musicales que se basan en la creatividad como el jazz, son mucho más permeables al error y dejan más importancia a la aportación individual. El error se entiende como un proceso natural que nos conduce hacia una reflexión y con ello a una mejoría en nuestro trabajo. Es un elemento indispensable y cotidiano más en el estudio. El que se equivoca, aprende.
En el estudio, existen dos procesos productivos: el constructivo -repetitivo y reflexivo-, que trabaja para hilar la técnica y musicalmente la pieza, y otro mediante el que chequeamos lo trabajado. Pues bien, tanta influencia tiene el error en nuestros alumnos que, muchos en su estudio -he podido constatarlo-, contínuamente solo se preocupan en repetir una y otra vez irreflexivamente el pasaje para comprobar el grado de perfección y velocidad a la que llega a tocarlo -de esta forma cada vez está más lejos del fín-.
En vez de este camino que puede conducir a la neurosis, será necesario fomentar e inculcar el proceso constructivo en el estudio mediante una práctica reflexiva, donde el error esté contemplado como un proceso normal y positivo dentro del tiempo de estudio. Eso no significa que debamos eludir mostrarles e inculcarles la escelencia, solo que este hecho debe estar inmerso dentro de otros conceptos que tienene que ver con su psicología, evolución y forma de aprender.
En el aula escolar, estos mismos niños de 8 años hacen figuras de plastilina, modelan con barro y pintan, sin buscar en ese proceso la perfección, solo experimentar y hacer fluir su mundo interior. Se trata de disfrutar del camino del aprendizaje, no solo de estar pendientes del fín del camino, perdiendo de vista los placeres que proporciona el viajar.
Para mejorar todos estos procesos, nuestros profesores de conservatorio y escuelas de música deben estar preparados, no solo musicalmente como instrumentistas, sino también pedagógicamente como docentes para afrontar la enseñanza con un bagaje de estrategias, mecanismos y metodologías aplicadas a cada edad y caso. Esto solo se adquiere con la experiencia reflexiva y la lectura.
Para adquirir esta información necesaria, es muy importante para los docentes estar al día de todo lo relacionado con los avances en psicología, neurociencia, didáctica y otras ramas científicas que pueden enriquecer día a día la enseñanza instrumental. De lo contrario, estaremos perpetuando el modelo anterior y ya todos sabemos lo que eso conlleva: frustraciones y abandonos.
Si conseguimos que con el cambio de orientación del profesorado, solo un niño que pensaba dejer de estudiar el violín lo siga haciendo, el esfuerzo habrá tenido sentido.
Desde ests líneas y este blog os damos la bienvenida a profesores y alumnos de violín que apuestan por una nueva enseñanza instrumental ilustrada, creativa y reflexiva. Estáis todos invitados a participar.

Javier Claudio
(profesor de violín en el Conservatorio Superior de Música de Málaga y Doctor por el departamenteo de Didáctica de la Facultad de Ciencas de la Educación de Málaga)







Puedes añadir texto en forma de consejos, enlaces, artículos o vídeo en los siguientes temas que te proponemos:


- Historia.
-Neurociencia aplicada.
-Nuevas Tecnologías aplicadas.
-Pedagogos del violín.
-Recursos -enlaces vídeos Youtube-.
-Bibliografía específica comentada.
-Otros temas.


domingo, 11 de septiembre de 2011

EXPERIENCIA TIC DE JAVIER CLAUDIO

Presentamos este vídeo que recoge la investigación de Javier Claudio sobre la visualización del sonido, que forma parte de su tesis sobre la Aplicación de las nuevas tecnologías a la pedagogía del violín.


viernes, 2 de septiembre de 2011

EL SISTEMA EDUCATIVO ES ANACRÓNICO. programa REDES


Aquí presentamos un capítulo del programa científico REDES, presentado por E. Punset donde exponen sus ideas expertos mundiales relacionados con la educación y la creatividad. Muy interesante.